Te voy a poner dos trabalenguas que me encantan. ¿Serás capaz de decirlos sin que se te trabe la lengua?
Cuando yo digo Diego,
digo digo,
y cuando digo digo,
digo Diego.
Buscaba en el bosque Francisco a un vasco bizco tan brusco,
que al verlo le dijo un chusco: – ¡qué vasco bizco tan brusco!
No hay comentarios:
Publicar un comentario